¿Por qué los mosquitos siempre me pican a mí?

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Por DPA

Todos los veranos es igual: nacen miles de mosquitos que vienen a perturbar la paz del sueño nocturno o una preciosa velada en un jardín, ¿pero tienen predilección los mosquitos por ciertas personas?.

La lluvia es un disparador de reproducción ideal, y así es como en zonas húmedas la plaga de verano no parece tener fin. Pero hay algunas preguntas fundamentales que nunca nos hemos hecho, a pesar de haber lidiado con estos insectos toda la vida.

¿Es cierto que a los mosquitos les gusta más picar a unas personas que a otras?

¡Sí! ¿Creías que era pura imaginación? En absoluto. El biólogo Martin Geier, que estudia desde hace años el comportamiento de estos insectos, asegura que tienen sus predilecciones. Todo depende del equilibrio de cada organismo de ácido láctico, amoníaco y ácidos grasos, porque son elementos que generan determinada fragancia que, según la composición, puede resultar un oasis maravilloso para los mosquitos – o no.

Uno tendería a creer que todo se soluciona con una buena ducha, pero no es tan así, porque al poco tiempo los insectos vuelven a sentir lo que los atrae. Por supuesto que todo depende del contexto. Si a usted los mosquitos no lo pican nunca cuando está en un grupo, si al recostarse en la cama está solo y los mosquitos no tienen otra opción, seguro que lo picarán. Geier lo compara a la sensación de hambre que puede sentir cualquiera de nosotros: «Si usted está en un buffet, siempre elegirá lo que le gusta más, pero si sólo hay pan duro, se las contentará con eso».

¿Por qué pican las picaduras de mosquito?

Al picar el mosquito inyecta su saliva en la piel para que la sangre que quiere beber no coagule. El organismo del ser humano reacciona con una pequeña alergia a las proteínas que contiene la saliva de mosquito y eso es lo que genera una irritación, hinchazón y comezón en la piel.

 

¿Qué se puede hacer para mantenerlos lejos?

La piel tibia los atrae, dice Geier. Si usted va a practicar algún deporte, dúchese lo antes posible con agua fría. Llevar prendas de colores claros también puede ayudar porque los colores oscuros los atraen más. Y, por supuesto, el pantalón largo siempre será mejor que el corto.

¿Cómo actúan los repelentes?

Los esprays colocan una capa de olor muy fuerte sobre la piel que repele a los insectos mediante la N-Dietil-meta-toluamida, conocida como DEET. Los tests de calidad efectuados en Alemania indican que esa es la sustancia que más dura, si bien puede irritar las mucosas o los ojos. También obtuvieron un buen puntaje los productos con icaridina. Todos los esprays deben ser renovados cada cuatro horas, aproximadamente, que es cuando pierden efecto y no deberían aplicarse en ambientes cerrados. Tampoco se le ocurra utilizarlos en la piel de un bebé.

¿Hay plantas que evitan mosquitos?

Las hojas de la planta de tomate suelen repelerlos. Tampoco les gusta el aroma del romero, la lavanda, la menta, la melisa de limón, la citronela y el pelargonium citrosum. También se recomienda tener en el centro de mesa una macetita de albahaca para mentenerlos lejos.

¿Qué más se puede hacer contra esta plaga?

No tenga recipientes con agua en el jardín. Vacíe la regadera todas las noches. Cubra cualquier tipo de estanco que tenga. Y si tiene una fuente o algo similar en donde se reproducen, tenga carpines dorados, unos pecesitos que además de ser muy simpáticos tienen cualquier larva acuática a raya.

Ya me picaron. ¿Qué hago?

Parece una pregunta boba, pero no lo es, porque el primer consejo es: ¡no se rasque! Si se rasca la picadura, genera mayor picazón porque libera más sustancias.

Se sorprenderá tal vez de saber qué puede hacer bien: coloque media cebolla o una rodaja de limón, que desinfectará la picadura, la enfirará y le calmará la zona. También puede reducir la comezón con vinagre de manzana, pero lo tiene que colocar ni bien lo picaron.

Otra posibilidad es aplicar cremas o geles que contengan cortisol. La picadura no desaparecerá así nomás, pero al menos dejará de molestar y, mientras tanto, le permitirá concentrarse para que no lo vuelvan a picar.

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