Especialista insiste en que la atención minuciosa de los padres o encargados en esta etapa (0 a 5 años) es vital para evitar casos graves.
Es común que los niños pequeños, de entre uno a cuatro años, se lleven a la boca cualquier objeto, e incluso puede suceder que lleguen a ingerirlo, lo que puede desencadenar en consecuencias muy graves para su salud. Desde la semilla de una fruta hasta una moneda, son los cuerpos extraños que observan profesionales del Servicio de Emergencia Pediátrica del Hospital de Clínicas de la FCMUNA, en pacientes que llegan con cuadros alarmantes que afectan sobre todo su sistema respiratorio.
“Es un hecho que puede ocurrir a cualquier edad pero es más frecuente en niños pequeños, normalmente de uno a tres o cuatro años, en donde son más rápidos que un rayo de luz, tienen una gran rapidez justamente para generar este tipo de situaciones, poner en su boca cualquier tipo de sustancia u objeto que les llame la atención, y esto puede ser grave, porque va al pulmón y a veces se complica”, explicó el Prof. Dr. Ricardo Iramain, Jefe del Servicio de Emergencias Pediátricas.
El profesional refirió que este tipo de situaciones depende, en la mayoría de los casos, de la atención que ponen los padres o tutores sobre los niños, y el análisis desde el punto de vista médico se dirige a los mismos.
“Los padres tienen que cuidar muy de cerca a sus hijos pequeños; el pico máximo de los accidentes por aspiración de cuerpos extraños es de entre dos a tres años, edad en la que el chico empieza a caminar y a descubrir el mundo y todo lo lleva a la boca, entonces, se presentan muchos casos de aspiración de cuerpos extraños de pila, moneda, de cualquier tipo de objeto medianamente pequeño que lo llevan a la boca y lo tragan. Hemos atendido casos de mediana a moderada gravedad y otros de altísima gravedad; entonces esto tiene que ejercer una reflexión muy importante en los padres, de que no hay que dejar solos a los chicos pequeños, porque un minuto para ellos es mucho tiempo”, explayó.
Gravedad
El Prof. Dr. Iramain mencionó que el tratamiento depende de la gravedad del caso, y que para ello trabajan bajo un protocolo establecido. En casos en que no se sabe si efectivamente los niños introdujeron algo a su organismo, pero hay sospechas, los indicios suelen ser dolor de pecho, dificultad para tragar, aumento de la saliva; y en los casos de suceder una perforación, el niño o niña presentará fiebre.
“Hacemos una evaluación clínica y paraclínica, porque hay pacientes que están compensados; entonces atendemos bajo un protocolo en el que el médico pediatra clínico percibe los signos y síntomas, porque algunos ya llegan con dificultad respiratoria, entonces se procede a los estudios de pulmón, del tubo digestivo, estómago y en base a esas evaluaciones se establece el abordaje médico”, refirió.
Cabe mencionar que el riesgo asociado a la ingestión de un cuerpo extraño, depende de su tamaño, forma, composición y zona del cuerpo en la que queda localizado; si bien la mayoría de los casos son eliminados por las heces, existen otros casos que no, como los cortantes o puntiagudos, que son más peligrosos porque pueden producir perforaciones.
A dónde acudir
El servicio de Emergencias Pediátricas (UPA) de la FCMUNA, Hospital de Clínicas presta servicio 24 horas al día con guardias médicas preparadas para casos de atragantamiento, aspiración de objetos extraños y otros. Asimismo, es necesario destacar que ante la urgencia se debe acudir al centro sanitario más cercano.
Fuente: HOY
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